Han pasado más de diez años desde que viajé a Pamplona para participar en uno de los seminarios organizados por el Instituto Gerónimo de Uztáriz, cuando todavía era una recién doctorada. Allí conocí a Nerea Aresti (compañera posterior de fatigas de habilitación), y me reencontré con mi querido profesor de tercer curso de la Licenciatura de Historia en la Universidad de Zaragoza, Emilio Majuelo, uno de los responsables de mi pasión por la historia. Me sentí halagada por el enorme interés que Gemma Piérola mostraba en mi trabajo, y cálidamente recibida por José Miguel Lana. Sin duda, todo era propicio para que se generara un confortable espacio de discusión académica. Mi más sincera enhorabuena por vuestros 35 años de existencia y gracias por haber mantenido en pie este maravilloso proyecto para cuya continuación envío desde Tenerife mis mejores deseos.
Inmaculada Blasco